Los eclipses de Sol constituyen momentos fascinantes de la naturaleza. Estos eventos astronómicos son y han sido de mucha importancia cultural. Originalmente, el desconocimiento de los argumentos científicos que podían explicarlos originó una serie de mitos y leyendas que se transmitieron por generaciones. En la actualidad, el desarrollo de las ciencias astronómicas hace posible educar a la sociedad a través del conocimiento de los conceptos necesarios para la comprensión del fenómeno.
La palabra eclipse proviene del latín, eclipsis, cuyo origen es un vocablo griego que significa desaparición. En términos astronómicos, un eclipse se refiere a una ocultación transitoria, total o parcial, de un astro por la sombra proyectada por la interposición de otro cuerpo celeste. En particular, un eclipse de Sol ocurre cuando la posición de la Luna coincide con la posición del Sol en el cielo, produciendo una disminución de la visión de este último, la cual puede ser total o parcial dependiendo la ubicación geográfica del observador. Como puede distinguirse en la Figura 1, un eclipse solar corresponde a la proyección de la sombra de la Luna sobre una zona pequeña de la Tierra, por lo que para poder observarlo hay que encontrarse ubicado dentro de ese sector. A su vez, dado que la Luna se va desplazando, este sector de sombra irá también corriéndose sobre la superficie terrestre.